Ser honrado a fuerza
La corrupción nos ha invadido tanto que ahora
ya no hay forma de esconderla. A los políticos ya no les quedó más remedio que
aceptar que la sociedad, en especial el sector político, está tan invadido que
hasta legislan para combatirla.
Es decir, combatirse a sí mismos (¿será?),
vigilarse entre ellos, ¿eso es posible?
El caso es que los diputados del Congreso
Veracruzano aprobaron el jueves pasado la creación del Sistema Anticorrupción y
la Fiscalía Anticorrupción, con autonomía propia, con la idea de que no dependa
de ningún otro funcionario de mayor nivel y más lagartón.
Esa es una medida para combatir oficialmente
la corrupción que, desde el punto de vista de Enrique Peña Nieto, que cobra como
presidente de los mexicanos, es parte de la cultura mexicana y que, a manera de
cotorreo se parodiara el eslogan de campaña de José López Portillo como “la
corrupción somos todos”.
Pero… ¿Acaso no se trata de un asunto de
honradez?, un tema de ética o moral que se aprende desde el hogar, que ha sido
uno de los principios que desde pequeños nos hacen saber, a veces con amenazas
como “¡te irás al infierno si robas!”
Valores que se decían eran la base de la
familia y de la sociedad, hoy casi desaparecidas del comportamiento, por lo
menos de los mexicanos, porque se han visto casos de corrupción hasta en las
iglesias de todo tipo y en los personajes más persignados que conozcamos y que
siempre “ponen su vida en manos de Dios”.
El gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes
Linares envió al Congreso del Estado la iniciativa, ante la necesidad
“de legislar localmente sobre la implementación del sistema estatal de combate
a la corrupción, como resultado de su inclusión en la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, mediante un decreto por el que se reformaron,
adicionaron y derogaron diversas disposiciones en materia de combate a la
corrupción a la misma”.
¡Pa’ su mecha! Hasta dónde nos ha alcanzado la
corrupción que se tiene que modificar la Constitución para obligar a los
funcionarios públicos a ser honrados.
Lo ¿Cómico? ¿Increíble? ¿Cínico? del tema es
que lo mande el gobernador Yunes Linares, cuando está señalado y denunciado
ante las autoridades por enriquecimiento ilícito y por otros delitos cometidos
al amparo de su actividad como funcionario público.
En la Cámara de Diputados de Veracruz, también
hay legisladores señalados, denunciados por actos de corrupción y despachan
tranquilamente desde su curul, como son los casos de Sergio Rodríguez del PRD,
Vicente Benítez de Nueva Alianza; y el mismo presidente de la Junta de
Coordinación Política, Sergio Hernández del PAN, señalado
directamente por la diputada Cinthya Lobato, integrante de su misma bancada.
Dicen que la ley no es retroactiva. O sea que ya
la libraron. Quien sea el Fiscal Anticorrupción, tendrá mucha chamba; aunque se
ha buscado que ese Fiscal no le deba el cargo a nadie, que sea independiente.
Claro que de ahí se puede partir para obligar
a la honradez al resto de los ciudadanos que, en su inmensa apatía, han
permitido el brutal enriquecimiento de unos cuantos y el brutal empobrecimiento
de otros muchos.
LEYES BURLADAS
Las leyes en este país se volvieron objeto de
burla, cuando deberían ser observadas por todos los ciudadanos y las autoridades
deberían de encargarse de hacerlas valer.
Pero nuestras leyes se laxaron por la voluntad
del funcionario que debería ser el principal encargado de su observancia y se convirtieron
en un jugoso negocio.
Y, si las leyes pueden violarse de esa manera
tan descarada, pues con mayor razón los reglamentos y las simples normas de
conductas sociales, desde una fila en algún centro comercial, pasando por las
infracciones de tránsito.
HONRADEZ OLVIDADA
Así que de pronto, todo aquello que nos
enseñaron de niños, como valores y principios de le daban solidez a la familia
y a la sociedad, se perdieron en el mundo de la corrupción, cuando los
encargados de darles valor, prefirieron el camino fácil.
Hoy, ese olvido voluntario nos está costando
la Patria misma, cando quien debería ser el primer impulsor de la honradez como
contrario a la corrupción, asegura que ser corrupto es parte del folclor
nacional incluso según Peña, hasta puede ser sinónimo de ser culto.