La historia se repite
En 1972 Nicaragua sufrió el terrible embate de
la naturaleza, un terremoto de 7.2 grados en la escala de Richter devastó la
capital Managua, dejando más de diez mil muertos y marcando la caída de la
dinastía Somoza.
En ese año, el Ejército Sandinista de
Liberación Nacional (ESLN) luchaba por ver a Nicaragua libre de la invasión
extranjera, que los Somoza propiciaron entregando la riqueza nacional a
empresas trasnacionales.
Según datos de Wikipedia, Anastasio Somoza
DeBayle fue un militar, político y empresario nicaragüense. Fue presidente de
Nicaragua entre 1967 a 1972, y de 1974 a 1979, manteniendo su poder autoritario
y absolutista en el período intermedio bajo el cargo de Jefe Director de la
Guardia Nacional.
Fue el último miembro de la dinastía
Somocista, luego de su padre y hermano, que ejerció el poder dictatorial en
Nicaragua desde 1934. Luego de renunciar a su cargo y partir al exilio, fue
asesinado en Asunción (Paraguay).
Durante su Gobierno, se permitió la llegada de
entidades estadounidenses en Nicaragua como: Citigroup, Bank of America, Chase
Manhattan Bank, Morgan Guaranty Trust, Wells Fargo Bank, Banco de Londres Y
Montreal Limitado, Sears, Westinghouse y Coca Cola. Además de grandes centros
comerciales y discotecas de moda estilo estadounidense, algunas de ellas
fueron: La Tortuga Morada, Scorpio, El Sapo Triste, Discoteque a Go-Go, The
Happening, 113 Club, Grand Central, Adlon Club, las de mayor tamaño en la
región.
El 23 de diciembre del mismo año un terremoto
devastó la capital de la nación, Managua, dejando más de diez mil muertos y
prácticamente destruyó el centro de la ciudad. Se declaró la ley marcial,
convirtiendo a Somoza, entonces jefe de la Guardia Nacional, en el dirigente de
facto del país.
Posteriormente se descubrió que la familia
Somoza se había apropiado de la mayor parte de la ayuda internacional ofrecida
tras el terremoto. Su amigo, el archimillonario estadounidense Howard Hughes,
que estaba hospedado en el Hotel Intercontinental Managua (actual Hotel Crowne
Plaza), huyó del país en forma misteriosa, pues se había ido de Estados Unidos
huyendo del fisco.
¿Suena conocido?
Quise reescribir los datos anteriores como una
referencia histórica ante el momento que se vive en nuestro país, parece una
repetición, una versión idéntica lo que le da mucho valor a aquella expresión
atribuida a Confucio que dice: “Un pueblo que no conoce su Historia, está
condenado a repetirla”.
En México se destruyó la empresa que era
considerada “la columna vertebral de la
economía nacional” Petróleos Mexicanos (Pemex), para entregarla a empresas
extranjeras, lo mismo sucedió con la Comisión Federal de Electricidad (CFE),
así como otras empresas del estado, todo durante el periodo neoliberal iniciado
por Miguel de la Madrid y reforzado por Carlos Salinas.
Así como en Nicaragua de 1972, la dictadura
priista se encuentra muy debilitada, a pesar de que aún conserva la presidencia
de la República, con un presidente cuya llegada al poder está muy cuestionada.
La Historia se repite
En las postrimerías del gobierno de Miguel de
la Madrid, México sufrió un terremoto de más de 8 grados Richter, que devasto
la capital del país; 32 años después, la Historia se repite, justo cuando las
empresas extranjeras se aprestan a invadir nuevamente a la Nación, justo en las
postrimerías del gobierno de Enrique Peña Nieto.
La diferencia ahora es que, gracias a la
internet y los avances tecnológicos, podemos enterarnos, casi al momento, de lo
que sucede, entonces podemos ver con horror, como, además de las víctimas
físicas del terremoto, a las víctimas de la voracidad de gobernantes, del
saqueo y la corrupción del gobierno que permitió construcción de edificios mal
hechos.
Víctimas todos los mexicanos del engaño, del
robo de los víveres que el pueblo solidario entrega a la gente en desgracia.
Y si la Historia se repite, es porque no hemos
aprendido nada y, si no aprendemos ahora, sufriremos la vergüenza de repetirla
nuevamente.