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Mexicano reclama ayuda humanitaria para Siria

En su labor como neurocirujano, el mexicano-israelí Samuel Tobías atiende desde hace seis años a lesionados de la guerra en Siria, en la ciudad de Naharia, al norte de Israel. Desde que comenzó a recibir a las víctimas de la guerra, Tobías ha presenciado sus consecuencias directas.
Reforma publica este domingo una entrevista realizada a Samuel Tobías, quien desde hace casi dos décadas se mudó a Israel para estudiar una subespecialidad, donde también conoció a su ahora esposa con quien procreó a sus dos hijos de 16 y 14 años de edad.
En el Centro Médico de la Galilea, Samuel Tobías intentar salvar a heridos de Siria, país vecino formalmente enemigo de Israel, en el marco de la política humanitaria iniciada por el país hace tres años.
Relata que "en Siria les enseñan que los israelíes mataron a todos los árabes en el territorio de Israel y que se comen sus entrañas", por lo cual añade que “el primer paciente que vino (...) cuando recuperó la consciencia quería saltar del balcón. Estaba seguro de que lo íbamos a torturar".
Agrega que "como médicos no podemos ser jueces y dictar sentencia; la persona viene, necesita nuestro tratamiento, se lo vamos a dar. Todas las demás cuestiones, políticas o judiciales, son cuerpos ajenos a la medicina".
Afirma que “conforme han pasado los años de la guerra civil contra el Gobierno de Bashar al-Assad, el tipo de casos que son atendidos por este hospital en Israel han cambiado. Al principio había también combatientes entre quienes llegaban, pero hemos tenido niños que han sido agredidos deliberadamente, hemos tenido mujeres embarazadas que llegaron heridas".
El médico cirujano urgió al resto del mundo a involucrarse más en la crisis siria, al manifestar que “tratar esto solo en la cuestión humanitaria nos deja un poco con la sensación de que no estamos haciendo lo suficiente por esta gente; la comunidad internacional tiene que hacer más".
“No nos quejamos, tenemos un índice de supervivencia del 91 por ciento de los casos, pero como médicos se nos plantea el dilema moral de saber que van a devolverlos a un territorio en guerra después de que les hemos devuelto literalmente la vida”, reflexiona en voz alta.
“Yo creo no hay cosa más bella que brindarle a alguien la oportunidad de seguir viviendo. El valor aquí es la humanidad, ser hombre ante otros hombres sin importar el credo, la religión ni la raza”, señala el médico mexicano.
Samuel Tobías dirige el departamento de neuroci

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