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Marco encuentra en sus terapias grupales del Imss, la solución a sus problemas

La muerte de su esposa ha llevado a Marco Antonio Sanlucar a desarrollar un carácter complicado que lo ha puesto en problemas con su familia, por esta razón fue canalizado al servicio de psicología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); “gracias a esa atención hoy soy otro” afirma Marco.

Desde hace año y medio, a pesar de que al inicio le fue difícil aceptar el apoyo psicológico, acude a las terapias grupales para varones que se realizan cada 15 días en el Hospital General de Zona No. 36 del IMSS, donde señores así como él comparten sus experiencias y se dan mutuo apoyo, gracias a la guía de la psicóloga Claudia Guadalupe Cruz Martínez.

“Acudo a las terapias cada dos semanas, somos 13 compañeros que compartimos nuestros problemas como son la tristeza, depresión, enojo, los duelos por pérdidas personales, entre otros, encontramos no sólo amigos, sino personas que son iguales a nosotros que nos ayudamos a salir adelante”, explica Marco un hombre de 57 años de edad.

Reconoce que tras el fallecimiento de su esposa, hace siete años, y después de ser diagnosticado con una enfermedad renal que lo hizo candidato a un trasplante de riñón, su carácter se volvió complicado, agresivo, afectando directamente a sus hijos y familiares más cercanos. “Fue difícil aceptar que necesitaba ayuda” recuerda nuestro entrevistado quien agrega: “Fue hasta que finalmente la trabajadora social del módulo de Nefrología platicó conmigo y me  canalizó a psicología”.

“Desde el 2015 estoy aquí y no puedo negarlo, mi vida ha mejorado en el sentido de que antes no hablaba; hoy hablo, saco las cosas que tenía guardadas y que me causaban dolor. Eso me ha permitido crecer nuevamente. Cuando llego aquí entiendo muchas cosas y es cuando siento liberación, se habla, se llora, se grita, el chiste es sacar todo lo que duele y que causa daño”, explicó.

Aceptar el apoyo psicológico no fue difícil, porque además de ofrecerles su apoyo como profesionales, también nos permite recibir su amistad y confianza, con semblante que irradia felicidad afirma Marco Antonio y agrega “no me ha costado trabajo adaptarme al grupo, ni me da pena decir que voy al psicólogo, al contrario siempre les presumo que vengo y que me siento muy bien. Estar aquí es como estar en en familia, es como una vitamina para mi vida”.


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