Los juegos de mi infancia
Por Daniel Hernández León
Estaba sentado en la puerta de mi casa ( Allende # 1108), de aquella ciudad todavía sin pavimentar, aquella de enormes avenidas de arena, que calcinaban las plantas de los pies , cuando desafiabas sin zapatos, la distancia a la tienda de Doña Amalia ( La Adelita )en la esquina de Allende y Cuauhtémoc, donde podías llegar con un peso y comprar un bolillo con queso y chile curtido, que estaba ahí antojándose, en ese enorme vitrolero o comprar galletas de animalitos tostaditas en cono de papel de estraza, crujientes que sumergía en una taza de café con leche y hacía las veces de golosina antes de cenar.
Cuando escuché por primera vez aquella maravillosa frase que te decía la palomilla " vente a jugar"
Coatzacoalcos a finales de los sesentas y principios de los setentas , aquella pequeña gran ciudad, bien trazada, que ya reclamaba su sitio en la geografía económica nacional al convertirse en el emporio petroquímico de América Latina.
Recién llegado de Veracruz, donde jugábamos en la calle "can can", ese juego que consistía en tirar una lata lo más lejos posible y todos correr a escondernos y así al que le tocaba buscar dejaba la lata en el centro de un círculo y al descubrir a alguien de los escondidos gritaba " can can" por fulanito que está en tal parte, pero cuando alguien que estaba escondido llegaba primero , gritaba " can can" por mi y por todos mis amigos, así el buscador volvía a empezar el juego.
Pero eso había sido en Veracruz, en Coatzacoalcos eran otros juegos distintos.
Recuerdo uno que se llamaba , " La Timbomba", que consistía en pegarle a un pequeño pedazo de palo de escoba que tenía punta por los dos extremos , se ponía sobre un pequeño calce y se le pegaba con una especie de bate delgado, hecho también de palo de escoba.
Se corrían las bases como en el béisbol lanzando al aire la Timbomba, y perdías cuando no alcanzabas a cachar la Timbomba sin que tocara el suelo.
Había temporadas de todo canicas , trompo , balero,
yo - yo, pandorgas , rayuela.
Cuando salíamos de la primaria ( Fco. Javier Mina ) el arriate central de Madero, entre 16 de septiembre y paseo Miguel Alemán, que era o me parecía inmenso, se convertía en el "Madison Square Garden" donde se retaban los más "vagos" así le decíamos a los que tenían fama bien ganada de muy buenos para algún juego.
Recuerdo a Joaquín Arévalo jugar canicas en un enorme círculo sacándolas con su "Tiro Matón" había cincuenta o cien canicas dentro y ganaba el que más canicas sacará del círculo.
También recuerdo la época del trompo...ahhh! Aquellos que jugaban trompo contra trompo a los masapolazos, hasta que uno le partía el trompo al otro, trompos de madera durísima y con punta de tornillo que zumbaba cuando se desprendía de la piola.
"El Balero" multicolor , que íbamos a comprar al mercado Coatzacoalcos, arriba en el segundo piso, o en las artesanías que están hasta la fecha en Morelos entre Juárez y Zaragoza.
Recuerdo a Pancho Sánchez Morales hacer hasta cien capiruchos uno tras otro.
Jugábamos a las escondidas, al burro castigado, a la cebolla, y a tantas y tantas cosas como nos diera la imaginación.
Las "retas" de fútbol de cuadra contra cuadra, recuerdo las tremendas selecciones que se formaban, los de la Madero, los de la Quevedo, Los de la Díaz Mirón, por solo citar algunos, Joaquín, Los Rodríguez, Del Toro, Rubén Solís, chaparrito portero de la Díaz Mirón, Los Yep.
Koki Cano Sosa de la Allende. Los super estrellas del Barrio en esos campeonatos informales , donde se jugaba el "orgullo de ser invencibles".
Cuando se armaba una reta en el campito de la escuela Art. 123 ( hoy edificio de correo y telégrafo), bueeeno!!! esa ya era otra cosa, hasta porra llevaban los equipos.
Era la catedral del fútbol de calle, el terreno era de grava y cuando te barrías, pues simplemente dejabas ahí media nalga , llegabas a casa como si hubieras ido a la guerra. Pero feliz si habías ganado.
Que tiempos!!
Poco a poco empezaron a aparecer los juegos electrónicos, que nos fueron separando de las tradiciones infantiles y juveniles,
El Atari, El Play, El Xbox y tantos que hay ahora , que fomentan la violencia y la falta de convivencia.
Son juegos en solitario que aíslan a unos de otros, ya muy poco queda de aquella frase " vamos a echar la cáscara o vamos a jugar cuirias"
Algún día volverán , estoy seguro que alguien detendrá está fiebre tecnológica y volverá aquella bella época donde se reunía la flota o la palomilla , en la cuadra a jugar y a echar desmadre.
Así serás !
