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Las mentiras de un villano

 Cosmovisión

Por: Raúl López Gómez



El publicista Carlos Alasraki, es un farsante profesional, que puede caminar con libertad en todo el territorio nacional y hasta decirle al presidente Andrés Manuel López Obrador y a la jefa de gobierno de la ciudad de México, Claudia Sheinbaum, todas las bajezas, improperios y ofensas que se le han venido en gana, al ejercer su derecho a la libertad de expresión.

Lo que no se vale, que el ejercicio de quien se cree todo un profesional, utilice sus medios y espacios publicitarios para hacerlo con un “sesgo ideológico” y falta de ética, porque no comulga con los más de treinta millones de mexicanos que votaron por AMLO, el 1 de julio de 2018, y llevarlo a la Presidencia de la República, luego de los noventa años del hartazgo de la hegemonía del PRI y sus aliados, a los que el publicista, sirvió apasionadamente y ya no sé acuerda.

Alasraki, quien en la realidad no tiene o no lo demuestra un IQ promedio, en una alocución de critica que denomino Carta a la ONU, en obvia denostación al presidente, utiliza el lenguaje que no debería ser el de un publicista, que precisamente en el pasado vivió exitosamente de las campañas políticas, y ahora se ha quedado en la inoperatividad por falta de mercado a su quehacer, lo que demuestra en realidad su gran enojo de molestia con el presidente López Obrador, pero en la realidad debe enojarse con la democracia.

Así andan, los “desenfrenados”, iracundos, esquizofrénicos y acelerados personajes de la famosa ultraderecha, porque perdieron los recursos financieros del erario público a lo que antes, tanto se acostumbraron. 

Porque, operaban las campañas políticas a su antojo, no tenían competencia, y ahora, saben que no aspiran a obtener esas jugosas ganancias de antes.

El famoso publicista malandrín, critica a AMLO, por el cuello de la camisa, el maquillaje que no usa y por situaciones triviales que no vienen al caso en su mensaje virtual a la ONU.

¿Cómo lo quieres, güero de ojos azules? Pues tendrás que buscarlo en otro lado, simplemente porque, este personaje debe aprender a vivir en democracia, pero además entender que aquí se gana y se pierde, por lo que, sí perdieron que se repongan trabajando, pero sin ofensas y sin perversidades de lo que antes tanto defendieron, y también vivieron.

Al presidente AMLO, le cargan culpas ajenas en aras de los manejos ideológicos, en donde se debe entender que por el momento la gente, sí el pueblo no se va a enganchar con esta clase de personajes ruines, de bajos instintos y que se mal acostumbraron a vivir en la abundancia de antes, que se repartían los millones de pesos y dólares, entre pocos, y ahora les molesta que los programas sociales lleguen directamente a millones de mexicanos, que no se cortan las venas por nadie, pero algo sí es cierto, saben cómo les fue ante, y saben cómo les va ahora, en un esquema de auténtica justicia social, y eso a los bandidos de cuello blanco de antes, los tiene sin dormir. Mejor que se tomen su tafíl. 

El lenguaje coloquial de este publicista, que se acostumbró a vivir de las campañas políticas, es el de un barbaján, que carece del más elemental vocabulario para dirigirse a los lectores y público que lo lee, por eso está reprobado al decir términos como “choro, pelos neta, oso de los osos” y otra palabra altisonante impublicable.

La molestia que dice tener, es porque no dejaron pasar a los del Frena al Zócalo, porque odian a López Obrador. Y dice “ya saben porque los vómito”. Estos personajes necios ya hasta armaron su club de unidad en contra de AMLO, pero no tienen eco entre los millones de mexicanos a sus ofensas de “malinchistas” baratos que sirvieron a los del viejo régimen.

Lo que no dice, es que forma parte de ese de ese grupo, y de mentiras a mentiras. Además de que se siente la perfección personificada, mejor que se compre su mundo, porque para este desquiciado y vulgar publicista acostumbrado a mentir en sus famosas campañas negras, mejor que aprenda a usar el lenguaje, en donde descalifica al gabinete del presidente, porque para él todos están reprobados.

Desde aquí, una “porra alvaradeña”, con todo respeto para quienes quieren vivir en un mundo de locos y no se dan cuenta que están equivocados, porque en la realidad tienen su propia verdad y se les acepta, sin problema. Así las cosas.

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