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Esposos antivacunas mueren por COVID-19; dejan huérfanos a 4 hijos


 Lydia Rodríguez, una madre de La Marque, Texas, tuvo un último deseo antes de morir el pasado lunes tras contagiarse de COVID-19: que se aseguraran de que sus cuatro hijos recibieran la vacuna a la que ella y su esposo se negaron.

Este miércoles Lydia habría cumplido 43 años, y falleció apenas dos semanas después de su marido Lawrence, de 55 años.

Los dos estuvieron hospitalizados en la unidad de cuidados intensivos en el hospital TMB-Victory Lakes desde el sábado 12 de julio.

Según la prima de Lydia, Dottie Jones, la pareja llegó al centro de salud luego de que la familia diera positivo al coronavirus tras un viaje de la madre y sus hijos a un campamento de la iglesia a la que asistían

Lydia fue la primera en ingresar a la unidad de cuidados intensivos, quien alcanzó a pedir que le pusieran la vacuna, sin embargo ya era demasiado tarde, según señaló el personal médico.

El esposo de Lydia empeoró rápidamente y ambos lucharon por sus vidas en camas separadas.

En la última llamada de Lydia a su prima, pocas horas antes de ser intubadas, le dijo: “asegúrate de que mis hijos se vacunen”.

Del matrimonio de 21 años nacieron cuatro hijos: unos gemelos de 18 años, un niño de 16 y una niña de 11 años, quienes ahora enfrentan la incertidumbre sobre su custodia y futuro.

Dottie Jones, enfermera, declaró a The Washington Post que su prima Lydia, quien era profesora de piano, nunca creyó en la medicina y que desde siempre supo que no se iba a vacunar.

Cabe señalar que no es la primera vez que personas al borde de la muerte suplican a sus familiares vacunarse o se arrepienten de no haberlo hecho. En Estados Unidos, una tercera parte de las personas autorizadas para vacunarse dicen que no lo harán, esto pese a que la mayoría de hospitalizaciones ocurren en personas no vacunadas.

 

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