Una película de policías, para ver detrás del uniforme y vernos como personas
El ir directo a las extrañas de una patrulla, para mostrar el punto de vista de quienes las conducen durante un recorrido nocturno que habrá de redundar en mucho más que la rutina, se convierte en una elocuente forma de romper con la amenazadora imagen que suele tener el ciudadano con respecto a estas figuras uniformadas, dado pie a la humanización de los mismas a través de una serie de estimulantes rompimientos en la narrativa, la cual va y viene con sutileza entre la ficción y la realidad, sin dejar de lado el humor que se hace presente a través del contraste musical haciendo una mustia transgresión del arquetipo creado por la pantalla grande.
Las recreaciones de la cotidianidad de estas personas, transpiran una profunda e irresistible honestidad, que luego adquiere la naturaleza testimonial cuando van más allá de la cuarta pared y le hablan al espectador, para hacerle consciente de la ficción y enfatizar la carga humana de las escenas más entrañables, las más dramáticas y las de completo desencanto.
En el trayecto los apuntes a verdades son una constante y resultan tan alarmantes y al mismo tiempo terriblemente normalizadas, dígase por ejemplo aquella que sentencia que el camino de ida entre el lado criminal y el de la ley, es directo y lo traza una necesidad auspiciada por el propio sistema de las instituciones.
Todo esto, para luego aterrizar en pleno en el formato documental y confrontar lo que representa ser un policía, y tomar la responsabilidad de interpretarlo, contando con la convicción de los talentosos actores Mónica del Carmen y Raúl Briones, dispuestos a dejar ver sus procesos, generando así ineludibles cuestionamientos que se reflejan en lo social para generar múltiples voces que luego impacta en lo individual.
Estamos ante un sugestivo ejercicio cinematográfico de decantación, cuya complejidad nunca pierde el sentido y se vuelve tan disfrutable como revelador, con una metáfora final sumamente conmovedora.
Sin duda esta es una nueva muestra de que el cine mexicano vive hoy uno de sus mejores momentos gracias a las propuestas que saben equilibrar y explotar las posibilidades de los formatos del entretenimiento para conectar al espectador con discursos comprometidos y trascendentales.
Una película de Policías, dirigida por Alonso Ruizpalacios -Güeros (2014)- forma parte de la programación de Festival Internacional de Cine de Morelia, ya llegó a la cartelera comercial y casi de inmediato estará disponible en la plataforma de Netflix.
avc
