Menu

A propósito del Napo y la Zona de Tolerancia...



Por Daniel Hernández León

Aún no comprendo porque el Napo decidió cortar su vida de esa manera , quizás sus cansados años ya no quisieron escuchar aquella famosa frase ..." es tiiiiempo de variedad"... que tantas y tantas noches lo hicieron vibrar antes de un espectáculo en su feudo EL MARLIN BAR.
Pendiente de todo, hacia hasta lo imposible porque quienes pagaban la cuenta salieran complacidos de sus atenciones y por supuesto le agradecieran con una generosa propina, haber atendido de manera amable su mesa.
Aún recuerdo la vez que lo conocí , caminaba yo con mi padre por el centro de Coatzacoalcos y de repente se acercó un personaje muy extraño para mis cortos años, de singular voz y apariencia , que con amabilidad nos saludó , Napo era todo un caballero en el día y una reina en la noche .
A partir de entonces inició una amistad que al dejar mis pantalones cortos se convirtió eventualmente en una convivencia dentro y fuera de la zona de tolerancia de Coatzacoalcos, su terreno, sus dominios, dijera yo su segunda casa.
Aún recuerdo aquel lejano 1968 cuando mi familia  y y yo, llegamos a Coatzacoalcos y nos instalamos a vivir en la esquina de Allende y Cuauhtémoc, cerca de ahí en Madero y en Díaz Mirón, aún quedaban vestigios de la antigua zona de tolerancia de Coatzacoalcos, marquesinas pintadas con logotipos alusivos a los centros de variedad que se mudaron a donde en aquellos años parecía el fin del mundo.
Antigua carretera a Minatitlán, creo que le decían "tembladeras" a esa parte de la ciudad.
Pero la referencia era pasando la Antena ahí te sigues y a la izquierda la vas a encontrar , así llegabas o en un Hidalgo TV playa o en un Prócoro Alor, claro también en taxi o en carro propio.
Nadie le tenía temor a las patrullas de tránsito, o creo que no habían, ni me acuerdo bien.
La zona... era una emoción muy especial ir por primera vez, las luces de los centros nocturnos y la música te invitaban a entrar, los nervios te hacían presa al ver a las chicas en ropas muy breves pasear por las mesas e insinuarte que les invitaras una copa o a bailar.
Había de todo, de todos y para todos.
Coatzacoalcos era el emporio petrolero de América latina y corría el dinero en cantidades generosas.
Políticos, empresarios, comerciantes, ganaderos, de todo, obreros, abogados , médicos bueno hasta estudiantes que le daban mate a la mesada con tal de no perderse la incomparable emoción de vivir una noche en la zona .
Viernes y sábado llenos totales , todo mundo mandando el mundo, todo mundo feliz sabiendo que aunque se gastaba alcanzaba para llegar a casa con relativa abundancia , que pagaba la penitencia familiar de haber agarrado la jarra.
La zona era el mundo de la noche , glamour, estilos , moda. Pasarela de las pasiones y recintos de la euforia semanal , de quienes iban a relajarse, iban olvidar sus penas, a tener compañía porque venian de otros lugares y aquí no tenían familia y a veces ni amigos.
Todas las noches se escribían novelas citadinas, había Pedros Navajas  y Pretty Women, había pasión, llanto, risas, dignas de cualquier canción de Rubén Blades o de una novela de Vargas Dulché.
La zona era de noche un paraíso en el infierno.
En el día a veces íbamos de pinta a ver a las chicas que ahí vivían, nada que ver con su mesalina presencia nocturna, desveladas , crudas , sin comer aún, las veíamos subiendonos a las bardas que encerraban aquel ghetto del placer y entonces sin pagar ni consumir , veíamos una que otra pierna y con surte nalgas o pechos desnudos , porque ellas vivían ahí, adentro, detrás de esos altos muros que escalábamos para espiar su intimidad.
La zona roja , el tabú de la inocencia. La Sodoma porteña. La hoguera de la pasión.
El Marlin, Las Palmas , El ChainDollar, El Inter, bueno hasta el Tiburón y por último El Foco Rojo, por citar sólo algunos.
Y ahí los personajes de la noche, los amos de la variedad, el Napo, El Jimmy, Mariposa, La Magaly y tantos más que hoy no tienen nombre solo recuerdo.
De ellas??... No sé... Tenían nombres falsos, ahí se bautizaban por segunda o tercera vez, todas tenían una historia oculta , secreta, su nombre , su familia , su pasado , su tragedia y ahí su vida, de día una , de noche otra ... Ellas siempre bellas , ellas Ángeles Caídos, que complacían a sus clientes a cambio de monedas que enviaban a quienes en sus lejanos hogares esperaban para salir de necesidades básicas.
Hoy la zona es un recuerdo, parece una zona arqueológica en pena, un campo santo, nada de lo que fué, se acabó , se extinguió, se perdió en medio de la ciudad y nadie o casi nadie la recuerda.
La muerte del Napo, me hizo pensar en lo rápido que se va la vida.
La muerte del Napo me trajo recuerdos de mi infancia y de mi juventud.
La muerte del Napo , la asocié con la muerte de la zona de tolerancia, quizá por eso, por qué para el Napo ese territorio se murió, ya no tuvo más donde dejar sus días.
En paz descanse Napo, con cariño para él/ella, a manera de homenaje póstumo.

Compártelo:

Categorías relacionadas: