Revelaciones genéticas de la Covid-19 en Cuba
La llegada de este coronavirus también impulsó a la comunidad científica de Cuba a llevar a cabo un estudio que detallara cuán implicada está la genética en llegar a estados graves o no.
La directora del Centro Nacional de Genética Médica, doctora Beatriz Marcheco, explicó los resultados preliminares de un análisis que incluyó a mil 182 pacientes de todas las regiones de la isla caribeña.
Aunque la investigación aún no concluye, ya se evidencian hallazgos que contribuyen a una mejor comprensión de la Covid-19 e incluso en el desarrollo de los fármacos para su tratamiento y de las futuras vacunas de fabricación propia como los candidatos Soberana 01 02, señaló la experta.
Entre los objetivos de la indagación, los investigadores se plantearon constatar los títulos de anticuerpos contra algunas vacunas que tiene el país en el programa de inmunización.
Con ello, se puede abordar y conocer las respuestas inmunes específicas
de las personas ante antígenos determinados de dichas vacunas y si tiene
títulos confiables de protección contra esos fármacos o no los tiene a
pesar de estar vacunados, resaltó Marcheco.
El Centro de Genética
también desarrolló en conjunto con el Centro de Inmunología Molecular
de Cuba (CIM) un estudio sobre los anticuerpos totales para las
respuestas el SARS-CoV-2 que incluye la revisión de la inmunoglobulina T
y G.
Tras meses de trabajo imparable, el estudio de los "Factores de riesgo genético asociados a la severidad clínica de la Covid-19 en pacientes cubanos", el equipo encontró que, en la medida en la cual los análisis se alejan del momento de exposición del individuo a la enfermedad, sus anticuerpos contra el virus van disminuyendo.
Analizamos muestras de personas que habían pasado la enfermedad hacía 30
días, pero otros más de 100 días; y descubrimos que la cantidad de
anticuerpos también está en función de la severidad con la cual la
persona padeció la enfermedad, refirió Marcheco.
Esto se explica
de la siguiente forma: aquellos que experimentaron la enfermedad de
manera asintomática, tienen menores títulos de anticuerpos que quienes
lo hicieron en un estado severo o grave.
Es decir, desarrollan más anticuerpos quienes experimentaron más complicaciones.
La
afirmación puede tener probablemente dos explicaciones. Una posibilidad
es que las personas que pasaron por el estado de grave y crítico y se
recuperaron, su sistema inmune se vio forzado a responder de manera más
aguda para librar la batalla contra el virus.
Otra razón de esa
evidencia es que dichos pacientes son expuestos a terapias o
tratamientos más intensos a fin de ayudarlos a sobrevivir.
Por otro lado, se encontró que los pacientes asintomáticos, tienen menores títulos de anticuerpos.
Ante
esta situación, el Centro se dio a la tarea, junto al CIM de estudiar
la capacidad de los asintomáticos de neutralizar el virus con esos
anticuerpos, es decir, ellos pueden defenderte de la enfermedad, pero no
anular o evitar la unión entre el virus y la célula humana.
La edad, el color de piel, los tipos de sangre y la región de Cuba ¿Influyen en los riesgos de Covid-19?
Cuando se analiza Cuba y la muestra del estudio según su color de piel,
el 64 por ciento de los participantes fueron de tez blanca, y es el
mismo porcentaje que arrojó el censo de población y vivienda realizado
en el 2012.
Por ello afirmamos que no hay diferencia en cuanto
al color de piel y el riesgo de contagiarse con la Covid-19, aseveró la
especialista.
Sin embargo, cuando esas estadísticas se llevan a las formas
sintomática, sintomática leve o moderada; y los asintomáticos; se
observa que las personas de piel blanca tenían el mayor por ciento en
cuanto a los que padecieron la enfermedad en su forma grave.
Del estudio, representaron el 79 por ciento.
Por
otro lado, en la forma asintomática, el promedio de edad detectado es
de alrededor de los 40 años, y los graves con Covid-19 prevalecieron a
partir de los 60 años.
Esta diferencia significa que el riesgo de tener formas severas incrementa con la edad de las personas.
La
edad por sí sola no constituye el factor agravante, sino que con los
años aumentan las comorbilidades como cardiopatías, diabetes, y otras; y
con ellas la posibilidad de agravarse, afirmó Marcheco.
En los
pacientes menores de 19 años, los científicos constataron que se
caracterizaron por presentar factores asintomáticos y formas leves de la
enfermedad.
De cada tres menores de 19 años, dos no tenían síntomas y uno
experimentó el nuevo coronavirus de forma leve. Además, no hubo casos
graves ni fallecidos en este rango etario.
También se encontró en
el estudio que poco más del 41 o 42 por ciento de los pacientes en
estado grave, tenían grupo sanguíneo A.
La doctora Beatriz
Marcheco especifica que, comparando la frecuencia del grupo sanguíneo A
en la población cubana, el cual representa el 36, 9 por ciento de todos
los habitantes de la isla, pues se evidencia un incremento en las formas
de padecer severamente la enfermedad.
Otro estudio inmunológico del cual aún se analizan los resultados es la
indagación del estado del sistema inmune de los pacientes que tuvieron
Covid-19, a fin de saber cómo se comportan las subpoblaciones celulares
que lo conforman, indicó Marcheco.
Para ello se analizarán los diferentes grupos de linfocitos: B, T y otras células encargadas de la defensa antiviral.
También
se iniciaron análisis sobre el ADN y se analizanlos genes relacionados
con la respuesta inmune, y aquellos afines a la producción o presencia
de Vitamina D.
Además, se indaga actualmente en los factores de necrosis tumoral.
La Covid-19 seguirá arrojando evidencias para tener en cuenta en el futuro y para detallar sus orígenes, diversidades y curas.
Cuba
no cesará en sus estudios, y la genética dirá dónde los cubanos deben
leer para aprender de cada célula, de cada paciente y de cada
enfermedad.